Los temores más comunes en el trabajo
Todas las personas del mundo, en algún momento determinado de sus vidas han sentido miedo. Es ese sentimiento desagradable, que según los psicólogos deriva de la aversión natural al riesgo la amenaza, lo que provoca en algunas personas la incapacidad de estar en lugares cerrados, evitar las alturas y no acercarse a las arañas.
Lo cierto es que todos poseen algún tipo de miedo pero existen algunas fobias que pueden perjudicar tu carrera profesional e incluso hacerte perder los trabajos.
Algunos de estos temores pueden ser tan inimaginables como la Aritmofobia o numerofobia (miedo a los números), decidofobia (miedo a la toma de decisiones), bibliofobia y la tecnofobia (miedo a las computadoras).
Asimismo existen otros miedos que, sin ser exagerados, se presentan en la mayoría de las personas, amenazando su estabilidad laboral. Algunos de estos son:
Miedo a decepcionar a otros
El primer miedo que aparece en las personas es la probabilidad de no cumplir con las expectativas que el resto se hace de nosotros. Incluso, mucha gente prefiere no contar que ha conseguido un nuevo puesto hasta sentirse lo suficientemente arraigado en la empresa, para no tener que dar explicaciones si es despedido de manera rápida.
Miedo a cambiar de trabajo
El cambio en cualquier aspecto de la vida es motivo de temor. Ello ocurre por la incertidumbre de no saber qué pasará una vez que te alejes de tu zona de confort; aquella donde estás seguro de lo que haces, lo que debes hacer y los resultados que obtendrás.
Miedo a la condición de freelance
Todos quienes han trabajado de freelance en algún momento de sus vidas, han convivido con el miedo a ser corridos de un trabajo que nunca perteneció 100% a ellos. De todos modos, las nuevas temáticas laborales han permitido adaptarse a las nuevas necesidades de las empresas, que incluyen este tipo de empleo. Muchas personas hoy prefieren trabajar freelance, precisamente, por la libertad.
El miedo de la inseguridad financiera
Aunque muchas veces se pase por alto, el principal motor que motiva la búsqueda de empleo es la necesidad económica. Es decir, la gente está dispuesta a realizar labores para una empresa, con el único fin de recibir dinero a cambio.
El miedo financiero es secundario. Por ejemplo, cuando sientes que decepcionas a tu jefe, y por ello corres el riesgo de perder tu trabajo, aparece el temor a no contar con dinero a futuro.
Miedo al fracaso
Quizás es el peor de todos. Quienes más frecuentan este tipo de temor son aquellas personasperfeccionistas que prefieren hacer todo por sí mismas para evitar cualquier error. Tal vez sea un aliciente para realizar bien tu trabajo, pero a la larga se puede transformar en lago más que un miedo superficial.
Miedo a hablar en público
Quienes más sufren con esto son aquellos trabajadores que tienen grandes grupos de personas a su cargo. Los motivantes pueden ser variados: problemas de dicción, alguna experiencia traumática o no tener la experiencia suficiente que te permita hablar en público con seguridad.
En la vereda contraria, aparecen aquellas personas que por temor a ser ridiculizados en público, eligen no escalar puestos en una empresa.
Factores como el estrés, la tensión, la inseguridad o la inquietud, son parte de éste escenario, que pueden cosechar en el empleado falta de interés en sus responsabilidades. Ante este panorama, no sólo la falta de voluntad y el temor a perder el empleo saldrán a relucir, sino que se sumará una carga emocional que empezará a perjudicar la salud.
No dejes que tus excusas y miedos te hagan conformarte con menos de lo que quieres, o peor, con algo que ni siquiera quieres. Tienes derecho a disfrutar de tu trabajo y de todas las áreas de tu vida.
