Los malos hábitos que nos pueden costar el trabajo
Aquellos que tienen trabajo ahora mismo se sienten afortunados de tenerlo, sin embargo no se pueden confiar ya que existen probabilidades, y altas, de que no puedan mantenerlo. Y es que no siempre nos damos cuenta de que tenemos costumbres o hábitos que no encajan con la actitud de los jefes. Por eso, hoy vamos a explicar cuáles son esos hábitos que debemos evitar en el trabajo.
Para empezar, lo más importante es no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy. Este es uno de los dichos que más peso tienen dentro del entorno laboral. Dejar proyectos para el último momento o entregarlos apurando hasta el último segundo da una imagen muy mala sobre ti y tu trabajo. Lo que una empresa busca es agilidad y eficiencia por lo que el mero hecho de retrasar mínimamente esa dinámica empresarial te convertirá en un lastre y provocarás tensiones en tu departamento e incluso en otros.
Evita ser negativo, si te estás quejando o chismorreando continuamente darás una imagen negativa sobre tu forma de ser. Esta práctica provoca de manera indirecta un ambiente negativo. Ocurre lo mismo con las mentiras, nunca debes atribuirte méritos ajenos o engañar acerca de los resultados, es preferible dar la cara y plantear soluciones ante los problemas causados.
A todos nos ha pasado que en ocasiones llegamos tarde por motivos personales o el tráfico, entre otras, pero la impuntualidad debe quedar en eso, en ocasiones concretas. Una personas que continuamente llega tarde al final se verá como alguien que no muestra preocupación por el trabajo y por el tiempo. Asimismo hacer esperar a otras personas es una falta de respeto y de educación, así que evita a toda costa llegar tarde en repetidas ocasiones.
De esta misma forma, la falta de modales es una aspecto a tener en cuenta, ya que cosas tan sencillas como “por favor”, “gracias”, “perdón” pueden marcar la diferencia entre un despido o no.
Asimismo, la cultura empresarial o la ideología empresarial es muy importante por lo que no puedes dejarla de lado. Cada empresa tiene unas normas que no tienen porque estar plasmadas en papel como puede ser el vestuario o el ambiente, por lo que no estar atentos a ellos te dejará fuera de lugar. De la misma forma hay que evitar distraer a los demás con nuestro atuendo, hablando demasiado alto, etc…
Como decíamos antes, hay que tener cuidado tanto con el lenguaje escrito como el corporal. Volviendo a los dichos, una imagen vale más que mil palabras, y efectivamente; un apretón de manos débil, desviar la mirada, estar en “babia”, sentarse en una mala posición… van a causar un impacto muy negativo en quienes los perciban.
En muchas ocasiones, y más ahora que atravesamos una época bastante complicada, es normal trabajar con tensión, pero hay que evitar perder los papeles. Una persona que los pierde significa que ha perdido el control de la situación y que no sabe bajo presión. Para evitar esto te recomendamos que practiques ejercicios que lo reduzcan y separa los problemas personales de los laborales.
Cuidado con las redes sociales. Nos pasamos el día en un ordenador y conexión a Internet, más de uno y más de dos caen en la tentación de echar un vistazo rápido a su Facebook oTwitter. Hay que tener cuidado con esto ya que dependiendo del jefe puede ser permisivo o puede parecerle realmente mal llegando incluso a bloquear estos espacios web. Nuestro consejo es que lo evites completamente, incluso desde el teléfono móvil, aunque pueda parecerte más discreto.
No caigas en la plena independencia. Siempre es bueno tener momentos a solas para una mayor concentración, pero aquellas personas que trabajan en equipo se valoran de una forma más positiva ya que se aprecia el cooperativismo tan importante para las empresas. No olvides que tu eres un engranaje más.
En esta misma línea, para que los compañeros quieran trabajar con nosotros y que estemos en sus equipos lo mejor que podemos hacer es dar una imagen de orden manteniendo nuestra zona de trabajo organizada, no realizar actividades ajenas al trabajo y ser resolutivos.
Todo lo que hemos hablado anteriormente puede costaros el puesto de trabajo, pero no por hacerlo aisladamente sino por hacerlo repetidamente, así que ya sabes, si tienes algún mal hábito o te has visto reflejado en lo que os hemos explicado es hora de cambiarlo.