Cómo no llevar los problemas de casa al trabajo
Normalmente nos llevamos muchos de los problemas que tenemos en el trabajo a nuestros hogares. Si tenemos un problema con los compañeros o con el jefe, si hemos tenido un mal día porque todo ha salido mal…e incluso, en múltiples ocasiones, nos llevamos el trabajo en sí. Esto al final, se paga. Pero de la misma forma, en muchos momentos ocurre justo lo contrario. Tenemos problemas en casa y nos los llevamos al trabajo. Los niños enfermos, una pelea con la pareja, problemas económicos…, cientos de cosas que pueden hacerte estar más distraído en tu lugar de trabajo.
Tal y como están las cosas ahora, no podemos permitirnos el lujo de no rendir, de no ser productivos. Todo el mundo tiene un mal día y te lo pueden pasar por alto, pero si esto se prolonga, puede llegar a ser un verdadero problema y la empresa llegar a prescindir de ti. Hoy te quiero dejar algunas ideas para que esos problemas del hogar no influyan en tu trabajo:
Mantente ocupado
Haz una lista con las tareas pendientes . Saber exactamente qué tienes que hacer ese día, te ayudará a mantenerte enfocado en el trabajo y tendrás menos tiempo para pensar en tus problemas personales.
Corta con los “cotillas”
Si alguna persona de tu trabajo ha escuchado alguna conversación personal relacionada con los problemas de tu casa y va a preguntarte, lo mejor es cortar la conversación de raíz diciendo que no es el lugar ni el momento de hablar del tema, de esta forma pensarás todo el rato en ello.
Piensa en algo diferente para cuando salgas de trabajar
Si el hecho de volver a casa después del trabajo y enfrentarte a los problemas ya te va a generar tensión durante tus horas de trabajo, piensa en algo que puedas hacer nada más salir: tal vez tomarte algo con algunos amigos, hacer deporte, dar un paseo o ir de compras. Conseguirás que durante tus horas de trabajo pienses en eso y ya llegará el momento de llegar a casa y solucionar lo que sea necesario.
Restringe las llamadas telefónicas y los mails
Si te escribe alguien de tu familia con quien tienes el problema, no leas el mail. Déjalo para la hora de comer o para cuando vayas a salir. En el celular puedes restringir los teléfonos de esas personas con las que no te va a beneficiar hablar.
Habla con tu jefe
Si a pesar de todo sientes que tus problemas personales están afectando a tu trabajo, díselo a tu jefe. Tal vez lo mejor sea que acuerden entre los dos que te tomes unos días o que hagas el trabajo de otra forma…, pero al menos, tu jefe sabrá cuáles son los motivos de que tu rendimiento haya disminuido.