5 reglas para equilibrar vida y trabajo
Como ya lo hemos mencionado la economía actual obliga a las personas a probar su valía como empleados sacrificando tiempo libre. La razón principal es una cultura errónea que promueve que los trabajadores pasen más horas en la oficina.
Por otra parte hay una fuerte creencia de que el camino al éxito profesional implica dejar la vida personal en segundo plano. A largo plazo, permanecer en la búsqueda constante de un equilibrio permite a las personas ser más productivas y obtener mejores resultados laborales.
Tú puedes hacer cambios en tu rutina diaria que te permitan disminuir los efectos negativos de un trabajo demandante y evitar que los años pasen sin que disfrutes de la vida. Descubre cómo:
1. Mantente en forma. La disciplina es uno de los factores clave para lograr una vida más satisfactoria, y no sólo aplica a nuestro trabajo; siendo organizados y aprovechando el tiempo al máximo para realizar nuestras tareas diarias.
La disciplina también es clave para mantener un estilo de vida saludable que incluya una rutina de ejercicio al menos 3 veces por semana y una buena alimentación. El ejercicio reduce tus niveles de estrés, te da más seguridad y eleva tu energía.
Alimentos sanos como frutas y vegetales son más económicos que mucha de la chatarra que consumimos en el trabajo y realmente nos nutren, ¡cambiar de hábitos es posible y te aporta grandes beneficios!
2. Enfrenta y resuelve tus problemas personales. Regresar a casa tras un día agotador y encontrarse con problemas familiares, de pareja o financieros es desgastante. Para salir al trabajo y desempeñarnos con excelencia es necesario que nuestra vida personal esté en orden.Invierte tiempo en conversar con tu pareja, pasar tiempo con tus hijos, frecuentar a tus padres o limar asperezas con un ser querido. Estar en paz a nivel emocional nos permite afrontar mejor los retos de un ritmo de vida agitado.
3. Aprovecha tu hora de comida. Tomar tiempo libre para comer es indispensable para todo trabajador, no sólo es el momento de consumir alimentos que aporten energía para terminar el día, también constituye un descanso a las horas fuertes de trabajo y permite ‘desconectarse’ un momento para recuperar la concentración.
Las personas que suelen comer en su escritorio están cometiendo un grave error, significa que están pasando de 8 a 10 horas frente a la computadora y no es de extrañar que poco a poco desarrollen padecimientos renales o gastrointestinales.
Evita al máximo saltarte tu hora de comida, aprovecha ese tiempo para caminar, ir a un parque cercano, tomar aire fresco, conversar con tus compañeros o cualquier otra actividad que te relaje. Los beneficios son mayor productividad, concentración y bienestar.
4. Toma vacaciones. Aunque la carga de trabajo sea muy alta haz todo lo posible por tomar tus días de vacaciones y úsalos con inteligencia. En ocasiones salir de viaje puede ser tan estresante como la oficina, por ello es importante no saturar tus días libres con muchas actividades.
Utiliza ese tiempo disponible para descansar, pasar tiempo de calidad con tu familia y relajarte, evita atender asuntos laborales: unos días lejos del estrés pueden ayudarte a recargar las baterías y regresar motivado al trabajo.
5. Promete resultados, no tiempo. Establece con tu jefe los objetivos de tu puesto y enfócate en realizar un trabajo eficiente. Si logras organizarte mejor y alcanzas tus objetivos, la rutina en el trabajo dejará de enfocarse en ‘horas extra’.
No te comprometas a quedarte más tiempo, en ocasiones salir puntual, llegar a casa, descansar un rato y luego terminar un pendiente puede ser más productivo que trabajar un par de horas más.