Cómo mantener la calma en el trabajo

Publicado en: Noticias el sábado, 19 julio 2014 por:

Hay días que estamos de no y no hay forma de cambiarlos. Ya sea por que  nos hemos levantado con el pie izquierdo o solo es un día malo , pero si encima llegas al trabajo y te encuentras con un mail desagradable la cosa va a peor. Además ahora que ya nos acercamos a las vacaciones, parece que estamos aún más susceptibles.Cómo mantener la calma en el trabajo

Piensa que tus compañeros no tienen la culpa de lo que a ti te pase y no deberías pagarlo con ellos, sólo conseguirás que haya un mal ambiente. Imagínate que todos hicieran lo mismo, sería un verdadero infierno ir a trabajar…

Por mucho que haya situaciones que nos parezcan realmente molestas, hay que intentar controlarse es por eso que te damos algunas claves para responder con cabeza ante situaciones que nos podrían hacer perder la calma:

Pregúntate cómo de importante es el tema

Tienes que pensar si el tema que estás tratando es muy grave o no lo es, porque si realmente no lo es, no merece la pena dedicarle ni un minuto más. Aunque en ese momento puedes pensar que realmente es muy grave, para saber si ciertamente lo es o no, pregúntate si de aquí a un mes te acordarás de ello. Si la respuesta es no, olvídalo, no le des más vueltas. Emplea tu tiempo en algo más productivo.

No te lo tomes como algo personal

Es un grave error pensar que todo lo que nos pasa en el trabajo, aunque nos pase a nosotros, es personal. Lo que haga un compañero, un cliente, un proveedor, si te parece que lo hace mal, no va a ser por tu culpa, es su manera de hacer las cosas y tú puedes tener la visión que quieras de ello, pero no hacerte responsable de ello.

Alimenta al hemisferio correcto

Todos somos sensibles al llamado sesgo de la negatividad, por el que nuestro cerebro a menudo da más significancia a los momentos negativos que a los positivos. Pero esto no puede jugar en nuestra contra, sino que tenemos que darle la vuelta para que nos ayude en nuestro día a día. Cada uno puede optar por centrarse en las pequeñas frustraciones u optar por encontrar un significado positivo a su trabajo, y en esta segunda versión los compañeros negativos no pueden ser un obstáculo.

En definitiva,  hay que tomarse un momento de vez en cuando para recordar lo que uno aprecia de su trabajo, y saber externalizar la energía de los compañeros más negativos sin que afecte a nuestras tareas y actitudes.

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